domingo, 27 de mayo de 2012

La Casa de las Compuertas

La ruta de esta semana nos ha llevado a un sitio pintoresco.



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Hemos estado en el Azud de Antella. La razón es muy sencilla, con motivo de la "riuà" del año 1982, la casa de las compuertas fue destruida por la fuerza del río Xúquer.

Posteriormente fue reconstruida de forma completamente fidedigna y de ello se ocupó la empresa de mi familia (Mármoles Biosca). Desde que se terminó la obra tenía ganas de ver esta construcción tan peculiar. Después de pasar todas las semanas por el pueblo ha sido ahora cuando nos hemos acercado.

El día era caluroso y eso se notaba al parar la moto en cualquier semáforo, pues nosotros vamos equipados con chaquetas de verano (son fresquitas mientras te mueves, pero te asas al bajar la velocidad). Una vez cruzada Valencia llegamos en un momento a la población de Antella. 

Allí encontramos el azud del río y la casa de las compuertas. Se trata de una construcción que se hizo en el siglo XVIII y servía para regular el caudal de agua de la Acequia Real del Júcar.

Este lugar del río se convierte en la playa del pueblo y no es raro ver a personas disfrutando del sol en este pintoresco lugar e incluso bañarse en las aguas del río.

Os dejo con unas instantáneas del lugar esperando que os apetezca ir al mismo.

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domingo, 13 de mayo de 2012

Allí estuvimos

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El sábado nos fuimos a Beniparrell a la matinal que organizaba el bar "El racó de Lucky".

Una cincuentena de motos nos dimos cita por la mañana, aunque la organización esperaba más asistencia. Disfrutamos de un rico almuerzo, dimos una vuelta por la población y fuimos a tomar una cerveza a la gasolinera Shell (al otro lado del pueblo).

Posteriormente disfrutamos de las tiendas que había en el recinto y de las motocicletas que había traído el equipo de Break Skull Choppers.

La cordialidad era la nota predominante entre todos los asistentes: lo mismo hablamos de piezas colocadas a nuestras motos, como nos dedicábamos a enumerar las virtudes de cada una de las motos que allí había. Incluso un compañero se dedicó a dar vueltas al recinto llevando a personas que querían saber lo que sentía subido en una Harley.

Al mediodía volvimos a casa, pero seguro que la próxima edición nos volverá a reunir a todos los allí presentes.



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