Hoy habíamos quedado para dar una vuelta, como todos los domingos. Las posibilidades eran las siguientes (o al menos eso creía yo): una vuelta corta, por el frío, o acercarnos a Llunática en Benicassim.
El cambio de planes vino cuando Virgilio me llamó para comentarme una excursión atípica. Unos amigos iban a subir con sus motos clásicas y teníamos la opción de acompañarles.
Dicho y hecho. En la gasolinera que sirve de punto de partida para nuestras vueltas estaba Salvador, pero no con su Ural, en esta ocasión tenía consigo una preciosa Bultaco Mercurio 155. Después apareció Ricardo con su Iso (de la que ya hablé) que ha protagonizado la portada de una revista especializada: Motos de Ayer.
Una vez todos preparados nos acercamos a un lugar sin igual, la fuente de las Provincias (o de los 50 caños). Allí esperamos al resto de la expedición que venía desde Sagunto y procedimos al ritual del almuerzo.
Después la ruta nos llevó a parajes dignos de cualquier película: El Salto de la Novia (Navajas), el embalse del Regajo (lástima de aire...) y después una vuelta por la Sierra Espadán.
Mi moto era de las más modernas de la expedición, pero me resultaba emocionante poder rodar con verdaderos fragmentos de la historia motociclista. Algunas de ellas se encontraban en un estado tan original, que no hubiéramos adivinado que el tiempo ha pasado por ellas. Otras estaban con las heridas del tiempo en sus carrocerías, lo que les confería un toque de realismo verdaderamente sorprendente.
Hice unas cuantas fotos y no me he podido resistir a crear un vídeo con ellas. Lo último de la tecnología informática para plasmar el paso del tiempo en la tecnología de las motocicletas.
Espero que os guste.
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